agosto 03, 2009

Tomate 5' y leete el blog

Desde que entramos en Perú no vimos ni un sólo alambrado. Sólo grupos de animales custodiados por sus dueños...pastores, alpaqueros, etc. Al parecer, cada persona tiene su pedacito de tierra para cultivar y para tener a sus animales.
Acá, en general, no hay grandes terratenientes pero las empresas de explotación minera son un problema. Están contaminando los ríos y la tierra y muchas personas están enfermas a causa de esto.
Señora con sus ovejas

Ultimas fotos de Quinta Lala...Cuzco.

Tarde de Arte

SimónBombón

Super bombón

Al día siguiente del cumple de Renata nos fuimos para Ollantaytambo, para tomar al otro día el tren hasta Aguas Calientes (ultimo pueblo antes de Machu Pichu).

El viaje en tren es divino. Fuimos atravesando valles que cada vez se ponían más y más verdes hasta que cerca de Aguas calientes, todo se transformó en selva. Alucinante.

Por las vías

En el tren

El tren que tomamos tenía un único vagón...y una única vía!!! Cada dos por tres, entraba como en una vía suplementaría al costado del camino, pasaba el tren que venía de frente, y volvíamos.

A todo esto, el copiloto, bajaba del tren, corría las vías (para poder pasar a la vía secundaria) y lo mismo hacía para volver a la vía princpal. Muy divertido...

Tuvimos las suerte de sentarnos en los primeros asientos. Vista privilegiada, nos nos perdimos nada.

Renata mira cómo el señor reacomoda las vías

Estrenando gorro

Por el camino...millones de túneles...hermoso

Y llegamos a Aguas Calientes. Es un pueblito más bien feucho, que creció sin planificación urbana y merced a las movidas turísticas. No tiene calles, todo se hace a pie y en subida!!!

Paramos en un hotel...modesto.

Nos instalamos y antes de salir a comprar las entradas para Machu Pichu, le sugiero a Chris dejar nuestros pasaportes en la caja de ¿seguridad?. Vean:

Así que Chris, con tal de llevarse algo de arriba, se la afanó.


Pichones instruidos, hicieron lo suyo...Renata un canasto, Simón, una botella que en realidad era nuestra, pero no importaba...


Recapacitamos y dejamos la caja fuerte andante, el canasto y la botella y nos fuimos a tomar algo a un bar en donde descubrimos que...


Simón + licuado de banana= fondoblanco

Panza llena, corazón contento


Con toda la emoción encima, arrancamos tempranito...a las 6 estábamos todos arriba. Todo iba perfecto hasta que Renata se encaprichó con llevar a su caballo...que sí que no, fuimos con el caballo a Machu Pichu. Antes de dar el sí, prometimos bajo ningún punto de vista, ni Chris ni yo, llevar al caballo. Si ella se cansaba de tenerlo, se iba a tener que quedar en Machu Pichu. Y así fué. Sin decir ni mú, acarreó al equino durante todo el día.

Para subir a Macu Pichu hay que tomar un colectivo o ir caminando. Elegimos la primer opción.

El camino es todo cuesta arriba y en la mayor parte, sólo pasa un micro. Entonces, cada dos por tres, pegan una frenada porque se encuentran con otro de frente. Marcha atrás, un poco para allá, otro poco para acá, y pasan...con el precipicio ahí!! Confiamos en que están cancheros, en que van y vuelven millones de veces por día...y bueno, todo sea por llegar!

Y llegamos!!

Renata, fotógrafa en la entrada

Hay un recorrido oficial y otros alternativos. Para evitar la multitud decidimos hacer primero uno de los alternativos, el camino a la puerta del Sol, la Intipunku...pero no llegamos. Habíamos recorrido más de la mitad del camino, cuando Renata se sentó en el suelo y dijo:-no camino más...-. Entendible. El camino era tremendo para nosotros, imagínense para ella...y con caballo a cuestas!!!

Sin aliento en la subida

Idem

Durante un stop, foto con alpaca (atrás)

A mitad de camino, deshidratados

No llegamos a la Intipunku, pero el recorrido valió la pena igual. Pudimos tomar unas fotos alucinantes de las ruinas...estábamos muy alto!!

Dentro de las ruinas está prohibido comer, pero como buenos sudacas, desoimos las reglas y fondeamos unos sandwichitos de queso y unas manzanas en la mochila en la que viajaba Simón.

No fué de puro transgresores, sino que un sandwich allá arriba cotiza a unos $25 arg...y nosotros necesitábamos unos 6!! Así que sin cargo de conciencia, pelamos sandwichitos en una zona en donde no había guardas...almuerzo en las ruinas...

La prueba del delito

Después del almuerzo seguimos hacia la parte de la cuidadela. En la foto que sigue, el Wayna Pichu, una montaña gigante y hermosa que también tiene ruinas, pero a la que sólo acceden 400 personas por día. A las 8 de la mañana, cuando llegamos, ya no había cupos.

Wayna Pichu

De un lado...

...del otro...

Dentro de la ciudadela

En la plaza con una amiga

Otra amiga...

Renus y el Wayna Pichu

Como Simón se quedó dormidito en la mochila, decidimos parar. Aprovechamos para comer las manzanas y para dormir una siestita al lado de Simón. Lo hicimos por turnos ya que no hubo forma de convencer a Renata de dormir un rato. 1er turno, Chris.

Chris, caballo y Simón debajo del buzo fucsia

Otra amiga...




Simón, potenciado gracias a la energía de las ruinas



Las piedras son enormes, impresionantes.

Pelando manzanas...Simón, atrás, duerme plácido.

Estamos en Machu Pichu!!

Decidimos empezar a prestarle la cámara a Renata, si no, no salimos nunca juntos.

Malala, Renata y caballo

Fin. Regresamos a Aguas Calientes tipo cuatro de la tarde, molidos pero felices.

Más allá de las ruinas que son alucinantes, el lugar en el que están es increíble.

A pesar de que lo llaman "el santuario", aparentemente no se sabe gran cosa acerca de las ruinas.
Lo que sí nos queda clarísimo es que los españoles, verdaderamente no las descubrieron, pues no hay Iglesia en Machu Pichu!!

Y volvimos a Ollantaytambo...esta vez no nos tocó en primera fila. Nos entretuvimos sacándonos fotos a nosotros mismos...






Esperando a que pasara el otro tren, una señora que se acercó a vender flores


Bueno, nosotros es una forma decir...quise decir, a ellos...nos entretuvimos sacándoles fotos a ellos.

De vuelta en el patio del hostal...

Limpieza para 5

Ollantaytambo es una ciudad Inca viviente, dicen. Y realmente impresiona. Siempre hubo gente allí, así que las construcciones se fueron haciendo sobre cimientos Incas...todo está tan bien conservado!

También hay ruinas. Allá fuimos.

Palancas para transportar las piedras
Todas las piedras pulidas, perfectas...





El baño de la Ñusta o baño sagrado
Era necesaria la calavera en el cartel?


En un bar, tomando un jugo con mamá...
Jugando a me quiere mucho, poquito, nada...nos acompaña Jack
El terror de las bananas
Si, la gente pilla en cualquier lado!
Calles de Ollanta
Salida de hombres...hacia Pinkuylluna
Puerta Inca en casa actual

Y regresamos a Cuzco...es una ciudad tan, pero tan linda que cuesta dejarla. Aprovechamos para visitar algunos museos y Chris llevó a Renata a ver una obra de teatro local. Simón y yo, como era tarde, los esperamos en Quinta Lala.

Ahora vamos rumbo a Lima.

Gracias Cuzco!