Gracias Perú!

Antes de dejar Lima, fuimos a visitar el famoso Museo de La Nación. Lamentablemente estaban remodelándolo así que para alegría de Renata pudimos visitar sólo 4 de las 7 salas que tiene. Imperdible.
La ultima sala, dedicada a la memoria, nos muestra en imágenes tan espectaculares como terribles lo que fué la epoca del terrorismo. Primero entró Chris, después yo. Niños afuera.

En Lima paramos en el estacionamiento de un hostel, Hitchhickers, en donde conocimos a Ana, Gustavo y Tapa. Viajan desde Río, Brasil y mucho más intrépidos que nosotros planean dar la vuelta al mundo!!

Antes de despedirnos

Simón y Renus, tristona (no se quería ir) con Liz y Daniela de Hitchhickers

Gracias chicas!! La pasamos genial!!

Los bondis de Lima

Paradas de colectivos en el medio de la autopista...un caos

Otro simpático bondi...del año??

Dejamos Lima y rumbeamos para la Reserva Nacional Lachay, un mini bosque, en medio del desierto y de la bruma.

Antes de entrar...sólo el desierto

En Lachay, 100% de humedad, todos los días, todo el año...

Y mis mechas dan fe de ello...

Esta cara significa: "No camino más"

El bosque brumoso

Los chicos, fascinados entre la niebla

Qué mejor que el máximo de humedad para un buen corte de pelo...Malala "manos de tijera", accionó...

A falta de capa, bolsa de residuos

Caminata dentro de la reserva...doble vía? Así son los caminos acá en Perú...

Acá dormimos...

Y así amanecimos...

...y gotitas

...maravillosas

...inmóviles

...lindas, lindísimas.

Con las mechas a pleno, dejamos Lachay. Llegamos entradita la noche a Tortugas, una bahía cercana a Chimbote. Pasamos la noche en la playa. El lugar es sumamente tranquilo.

Al día siguiente, encaramos hacia Huanchaco, una playa que está muy cerca de la ciudad de Trujillo. Paramos en un hostal que tiene estacionamiento para casas rodantes, ducha con agua caliente, luz...en fin, todo lo que necesitábamos.

Renata hizo amigas...Simón la siguió hasta el hartazgo...todo normal.

Simón, Renata y Angie Sofía

A pesar de las nubes...playa!

Simón y su primer contacto con la arena...estaba como loco

Choclos, zanahorias, ananá, frutillas, bananas y lechuga...todo por $10 arg!!!

Amigas tortugas

En el medio de Trujillo están las ruinas de Chan Chan, la ciudadela de barro más grande del mundo. Pertenece a la cultura Chimú y tiene unos 700 años.

Es impresionante aunque las tareas de reconstrucción son tan perfectas que le quitan un poco de naturalidad...pero bueno, vale la pena de todas formas.

Después, almorzamos en Trujillo y nos encantó.

De Huanchaco seguimos hacia las Huacas del Sol y de la Luna, sitios arqueológicos descubiertos en 1998, que tienen 1500 años!!! Pertenecían a la cultura Moche, anterior a la Chimú. Llegamos tarde y ya habían cerrado así que nos quedamos a dormir en el estacionamiento. Fuera de que a las 12 de la noche, cuando nos disponíamos a dormir, apareció un señor a cortar maderitas con una sierra, todo bien. Tipo una y media, por suerte, paró (previa incursión de Chris para preguntar hasta qué hora duraría el laburillo) (previas dudas nuestras: salir o no salir, pobre tipo querrá estar en la cama como nosotros...si Simón se despierta, lo mandamos a cortar maderitas. Tema resuelto, Chris afuera).

Las huacas eran centros ceremoniales. A diferencia de Chan Chan, aquí se realizan sólo mantenimientos, no hay reconstrucción. Mucho más auténtico.

Hay muchísima gente trabajando allí, descubriendo de una manera increíblemente meticulosa cada uno de los frisos.

Amanecer en las huacas

Las fotos que siguen son del interior de la Huaca de la Luna. Toda la construcción es de adobe. Fué construida a lo largo de seis siglos por generaciones sucesivas que completaron la estructura de la generación anterior. Es impresionante.

Una ciudad que aún no se excavó (entre las dos Huacas)

La Huaca del Sol (aún sin excavar)

Uno de los frisos 

El Dios decapitador...el principal de la Huaca

Dejamos las huacas y fuimos hacia Pimentel, cerquita de Chiclayo. El unico lugar para parar es el estacionamiento de un hostal 2 estrellas, que según Chris, una estrella es porque tiene picaporte y la otra porque tiene camas.

No nos quedaba alternativa, Pimentel es peligroso, Chiclayo, ni hablar.

Durante toda la noche, hay guardias privados de seguridad que se la pasan tocando el silbato. Supuestamente para ahuyentar a los chorros...o a los viajeros.

Lo bueno fué que nos dimos un baño de dudosa agua caliente...baño al fin.

En el parking 2 estrellas

Dejamos chochos Pimentel, con la promesa de no volver más!!

Rumbeamos hacia Chongoyape con la idea de visitar una reserva ecológica de la comunidad.

Proyecto muy interesante, los bosques del lugar estaban siendo devastados por la tala. Cazadores arrasaban con la fauna...un desastre. La gente del pueblo se unió y declaró el sitio "Reserva ecológica privada", es de ellos, de la comunidad. Parte de lo que recaudan se utiliza para la reserva y la otra parte se redistribuye entre la escuela y la salita de primeros auxilios. Se ingresa unicamente con guía (igualmente es imposible llegar solo). No más tala, no más caza.

Total travesía para 5: el camino era una huella. Hasta se animó a atravesar unos pequeños ríos...

Una hora y media para hacer 15 km...pero valió la pena

Allí viven los osos de anteojos. Llegamos al área de recuperación que tiene unas 4 has. donde conocimos a Cuto, un oso rescatado de un circo, que por desgracia no va a poder salir del area de recuperación, pues en el circo le quitaron los dientes. No podría sobrevivir en forma salvaje. Cuto, una dulzura total, se acercó a comer manzanas.

Renata, Cuto y Lucila, nuestra guía

Las garras de Cuto

Más manzanita...

Buhítos en el parque...

Dora, Dora, Dora la exploradora...

Un "captus" (diría Renata) en flor

Un oso nos regaló esta linda pose...libre

Pasamos la noche en la chacra de uno de los guías de la reserva, Tomás, junto a su esposa, Fanny y su hijita. Gallinas, gallos desafinados y burros chillando toda la noche, no nos dejaron dormir demasiado, pero estuvo bueno. Tomás es una de las personas más lindas que encontramos en Perú.

Papá, Tomás e hija, Fanny, Prima, cazador y nosotros

Volvimos hacia Chiclayo pero sólo para retomar la panamericana. Chiclayo nos pareció una ciudad sumamente hostil. Hasta un taxista, nos hizo una seña al pasar imitando una pistola con la mano...disparando. Por qué????

Bueno, vean las fotos que siguen. Esta es la entrada al aeropuerto:

De un côté...

...y del otro...

Chau Chiclayo. Máncora, allá vamos.

Máncora, el lugar de veraneo del Jet Set Peruano, según nos decía todo el mundo. Punta del Este, pensamos! Bueno...no.

Paramos en el estacionemiento de una posada linda pero mediocre, con aires de Meliá. Muy gracioso.

A la noche no cerraban la puerta aduciendo que el lugar era super seguro. Desaparecieron del tender dos toallas roñosas nuestras. Calculamos que algún gracioso se las llevó por hacer una travesura, pero lo más cómico fué que cuando nos dirigimos al dueño, para decirle que el sitio no era tan seguro, se enojó y nos dijo que nos fuéramos, argumentando que reclamábamos para irnos sin pagar!!! Increíble. Espantosa situación.

Finalmente se arrepintió, nos pidió disculpas y nos regaló dos toallas. Cuack!

Huimos.

En la playa de Máncora

Arena...

...y más arena (Chris la odia adentro de la casita...jiji)

Los pájaros de la foto que sigue, son alucinantes. Mezcla de ave con animal prehistórico, se mantienen en el aire sin aletear durante mucho, pero mucho tiempo. Literalmente, flotan.

Simón y Renata, alucinados con el agua y la arena, no pararon.

Desterrados de Máncora, rumbeamos hacia Zorritos, en busca de un eco camping que nos habían recomendado. Tres Puntas, un lugar divino, totalmente construido con materiales naturales. Su dueño, León, un español super agradable, nos recibió con su mejor onda, haciéndonos olvidar pronto el mal trago de Máncora.

Y para mejor: el sitio para estacionar, está junto al mar! Qué más podríamos pedir?

5 felíz

Idem Renata

y Malala

Construyendo una pileta para Simón

Malala llega con mate a la playa

Zorritos, la playa sólo para nosotros

Simoncito no lo puede creer...come arena a morir

Preparando el desayuno, la playita nos espera

Después de la playita quisimos reacomodar a 5 para ver si ligaba un poco de sombra. Chris conducía, yo guiaba desde afuera. 

En una de esas, Chris se traga un palo que justo tenía colgando un panal de una especie de avispas coloradas. No podría decir cuántas se me vinieron encima. Enfurecidas, arremetieron contra una de mis orejas y parte de mi cuello.

En 15 minutos estábamos en la salita de emergencias de Zorritos: cuello dormido y garganta cerrada. 

Las cosas no son como en Argentina: -bueno, le vamos poniendo esto, y tú (Chris, con los dos críos a cuestas), ve a comprar una hidrocortisona a la farmacia (por cierto la unica ampolla que había)-. Fué León, que nos había llevado hasta allá. Vuelve. Que no me alcanzó!  Vuelta a la farmacia! Al final, la consiguió. Sólo un susto.

Vamos a agregar las máximas de Renata, que nos está haciendo reír a mares:

• Simón, vos no podés "manicular" eso.
• Qué clase de padres dejan morir de hambre a una hija? (cuando faltaba poco para cenar y ella pedía galletitas).
• Belúcela: Libélula.
• Ese hombre me habló en english, pero yo le dije que hablaba en "espáñol".
• La tortuga se cayó de "carapazón".
• Nosotros usamos balón (garrafa) "goliviano" (boliviano).
• Viagotas: gaviotas.
• Simón se puso la malla, y yo me voy a poner la mía!! Los dos hermanos "cooles"! Yes!
• Simón faja a todos...a mí, a mis juguetes...al final, soy una pobre!

Estos son nuestros ultimos días en este maravilloso país. Nos llevamos los más lindos recuerdos de su lindísima gente, de su historia, de sus paisajes...

Gracias, mil gracias Perú!